lunes, 22 de septiembre de 2008

Mirá quién habla ahora

Salió a hablar Hallú. ¿Quién es ese señor? El rector de nuestra universidad. Aclaro porque con los problemas que tiene la UBA, él se dedica a... bueno, no se a qué, pero parece que no le dedica mucho a nuestros problemas. Acá lo tienen:
La cuestión es así. En una nota publicada en Diario Popular, el rector salió a opinar sobre los paros docentes y la falta de respeto. Parece que lo dijo en alguna charla o reunión, pero la nota no aclara en qué contexto surgió esa declaración. Dijo que los paros son más graves en primaria y secundaria, porque los chicos no pueden estudiar por su cuenta como sí los universitarios, aunque aclaró que eso "no es lo ideal". De los conflictos salariales con los docentes no quiso opinar.
Vamos a lo más quilombero. Ayer en Clarín salió que el Rectorado podría pedir custodia policial para la Asamblea del 17 de octubre en el Nacional Buenos Aires. La sesión es para modificar los estatutos universitarios que tanto conflicto causaron en 2006. Desde la FUBA (la unión de los trece centros de estudiantes de la UBA) lo criticaron, como era esperado.
Para quienes no recuerdan o no estaban en la UBA hace dos años, explico. Hallú fue electo luego de cuatro sesiones suspendidas por incidentes entre la FUBA y quienes apoyaban a Atilio Alterini, ex decano de Derecho y principal candidato a ganar el cargo. Como solución salomónica (aunque no tanto), Alterini se bajó y Hallú quedó como rector. Junto al rechazo del candidato de Franja Morada (radicales), la FUBA (de izquierda) exigía una reforma del estatuto universitario, nuestra "Constitución Nacional".
En la universidad gobiernan estudiantes, docentes y graduados. Cada uno elige sus representantes para Consejo Superior (de toda la universidad), o Consejo Directivo (para cada facultad). Según el estatuto, para ser considerado docente hay que estar nombrado al cargo y tener una cierta jerarquía. Entonces, los docentes ad honorem votan como graduados, porque formalmente no ocupan cargos de docentes. La FUBA no comparte que 300 mil estudiantes tengan 4 representantes, contra 4 de graduados (muchos docentes) y 8 de profesores (que son algunos). Ese pedido quedó para este año.
Ahora, ¿Hace falta llevar policías a la asamblea? Creo que no. Las diferencias políticas se resuelven de otra manera. Nos acostumbramos que quienes nos representan se tengan que esconder de nosotros. Después del 2001, es normal ver el Congreso vallado, y hasta se cortó la calle que separa la Casa Rosada de la Plaza de Mayo para enrejar. No lo veo como la solución.
Entiendo que la FUBA no es un movimiento pacifista. Llevar la policía puede ser una provocación. Que se sienten a hablar así la asamblea se hace sin problemas, porque tienen muchas cosas que arreglar.
A veces, no hace falta ser patotero para calentar el ambiente.

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